Tendré que conformarme con seguir soñando cada noche mi despertar en un sueño, y abrazarme a él hasta el amanacer, para que mis noches no sean oscuras y el frío se convierta en calor eterno mientras dura ese momento, y entre tiempo y tiempo volver a cruzar el laberinto del cuarto gris, saltando paredes y retrocediendo tras los pasos de mis pies.
Y entre tantas vueltas me inventaré otro sueño, que ataré fuertemente para que no se lo lleve el viento, y si finalmente es alcanzado por este fenómeno natural, sin yo poderlo evitar, esperaré que vuele alto y más alto, para que yo no lo vuelva a atrapar, a menos que sea capaz de luchar y vencer al viento para regresar a mi alma.
La vida hace y vale vida, sin embargo la muerte tan sólo da paso a una nueva vida.
09-05-2001
viernes, 29 de agosto de 2008
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