domingo, 18 de julio de 2010

Mercado de abastos

Ayer, tras un rato en lugar de tantos, donde la gente se aglomera para escuchar inexorablemente la música que envuelve el ambiente... llegó a nuestras mentes la cada vez más vista, el aclamado hipermercado de carne cruda en su mayor explendor.
Sí, es un sentimiento quizás particular, pero que casi todo el mundo a percibido en algún momento.
Cada vez esta aún más en auge la excibición de nuestro cuerpo, nuestras vestiduras, e incluso nuestra forma de movernos o expresarnos con idioteces. Las nuevas tecnologías avanzan con nuevos mercados de abastos, donde generalmente tu foto es lo que se vende, raramente el cliente se pone a leer las líneas donde nos dice los ingredientes que llevan, como mucho las etiquetas con marca.
Lo peor de todo es que acabamos entrando en el juego, a mí particularmente siempre me gusta leer entre líneas y buscar otras cosas que puedan llamar mi atención, aunque no es momento de hablar de mí.
Un rápido vistazo, el catálogo es inmenso, las páginas pasan velozmente peleandose por llamar la atención para que hagamos una pausa.
Indudablemente es mejor no pensar en el porque consumimos comida envasada, la cuál pierde gran parte de su alimento, estrangulada por durar el mayor tiempo posible en las estanterías, esperando que la saquen de allí.


Debemos pensar que aún quedan algunos, que aunque acaben en el supermercado, rebolotean juntos sin importarle donde se encuentren, desprovistos de plásticos, al natural, aunque día a día se vayan quemando un poquito más.

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