Hay una persona con gran espalda en una habitación.
La habitación está oscura; en el fondo un espejo.
Mira hacia el espejo sin poder visualizar claramente su imagen borrosa. No llega a ver el color de su piel, tan solo una silueta distorsionada y difusa.
A su derecha, un ovillo de cuerda enredado, que se coge fuertemente a una llave.
A su izquierda, más allá del espejo, una guitarra. Sucia, algunos rasguños en el mástil, los trastes oxidados, y una cuerda rota.
El silencio se apodera del espacio.
Gira su mirada en busca de sus gafas. No las ve en un primer momento. Tras un segundo, cree encontrar lo que buscaba, dejándose guiar por su visión desdibujada. Acerca la mano y las coge.
Intenta colocárselas creyendo que verá de mejor forma su rostro en el espejo.
"Pero qué ocurre?" Las gafas no tienen cristales, el mismo contorno tenuoso se mantiene.
Sigue pensando. "Soy un ogro". Culpable?
Inmóvil, mira al ventanuco de la esquina, "es hora de salir ahí fuera"
Todos los amantes de mi edad vienen de la República Checa
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...todos los amantes de mi edad
venían de la República Checa
con anhelos como garrapatas.
Yo los deseaba.
Obligarte a que me quisieras
sólo porque Praga es ...
Hace 8 años